Resultados de las mesas del congreso.

 

A continuación podéis consultar los resultados de cada una de las mesas y ponencias que tuvieron lugar durante las jornadas

 

Lanzamiento del monográfico Hilar fino: Reflexiones, debates, dilemas y desafíos en investigaciones feministas. Las diversas autoras del monográfico nos abrieron las puertas de “la cocina” de sus investigaciones con el objetivo de compartir sus reflexiones epistemológicas y dilemas metodológicos surgidos durante el proceso. La propuesta es hilar fino para profundizar en temas por los que solemos pasar de puntillas, como, por ejemplo: cómo transitar las tensiones que surgen en investigaciones activistas feministas, qué lugar otorgar al cierre de las investigaciones con las participantes, qué espacios hay para la emergencia de nuevas metodologías, qué lugar ocupan los afectos en la investigación y cómo dar cuenta de ellos o cómo transformar la política del reconocimiento en las investigaciones activistas.

Algunas de las reflexiones que se extraen de la presentación y diálogo entre las autoras del monográfico tiene que ver con la dimensión emocional y afectiva que atraviesa e imbrica todo proceso de investigación. Visibilizar y nombrar esta dimensión es fundamental para otorgarle valor y legitimidad epistémica en los procesos de investigación feminista. Se valora la importancia de reflexionar colectivamente sobre los afectos y las emociones en los procesos de investigación, ya que, en determinadas circunstancias, ocultar estos aspectos, puede estar invisibilizando todo un bagaje y fuente de experiencias y conocimiento que, por un lado, nos proporciona incomodidades y tensiones, pero, por otro lado, nos habilita a gestar otros diálogos y transformaciones posibles. A su vez, también se señalan los inconvenientes de enfatizar las emociones. En ese sentido, el diálogo terminó con la importancia de crear una cultura de reflexividad colectiva donde compartir con otras los dilemas éticos y el trabajo emocional que implica la investigación y así utilizar las emociones como conocimiento para la transformación social.


El espejismo de la igualdad de género en las investigaciones Victoria Ferrer, partió de la metáfora del espejismo de la igualdad; una metáfora que refiere a la creencia de que el reconocimiento del principio formal de la igualdad garantiza por sí mismo la distribución equitativa de poder entre hombres y mujeres, vaciando de sentido las medidas correctoras de la desigualdad. A lo largo de la ponencia, se ahondó sobre las manifestaciones de este espejismo en la academia, y en concreto, en el ámbito de la investigación, donde a la vez que se valora positivamente la incorporación de la perspectiva de género en las convocatorias competitivas (en los últimos años, es una condición que ha de cumplirse y si no, ha de estar justificado), investigar desde esta perspectiva se reduce, en muchas ocasiones, a la mera inclusión de indicadores desagregados, sin tener en cuenta ni las preguntas de investigación, ni los diseños del proceso de investigación, ni los modos de participación, ni cómo afecta a todo ello los sesgos de género que se reproducen en las investigaciones y prácticas científicas. Una de las conclusiones que compartió la ponente de esta mesa es que la incorporación de la perspectiva de género en las investigaciones debe implicar necesariamente que su objetivo último sea subvertir el orden de las cosas a favor de la equidad, y constituirse, así como investigaciones feministas.


La valorización del saber experiencial: reflexiones sobre técnicas participativas feministas. En este espacio de debate se quería crear colectivamente un conjunto de recomendaciones que sirviesen para incorporar la ciencia ciudadana en los procesos de I+D+I, desde una mirada que favorezca la igualdad e incorpore la perspectiva interseccional. Para ello, en un inicio, las ponentes evidenciaron las dificultades, los límites y las potencialidades del reconocimiento del saber experiencial, especialmente de las mujeres y de otros sujetos no hegemónicos, en los procesos de I+D+I. Dieron cuenta de que este reconocimiento puede trabajarse a través de varias estrategias que redunden en la incorporación y el resalte las voces de las protagonistas. Una de ellas sería subrayar la idea de que la coproducción de conocimiento a través de procesos colaborativos es una herramienta útil para entender las violencias de género y sexuales. Hablaron también de las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para la producción de conocimiento colaborativo y subrayaron también la importancia de transformar no sólo las maneras de producción, sino también los modos en que dicho conocimiento es evaluado tanto en espacios públicos como comunitarios.

En un segundo momento se pidió a las participantes que reflexionasen sobre en qué medida las metodologías participativas y de coproducción de conocimiento puede contribuir a crear una ciencia más interseccional y situada. La idea era que las ponentes hiciesen un resumen y debatiesen sobre los contenidos de los talleres en los que habían participado el día anterior. Entre otras cuestiones, analizaron tanto las posibilidades como los retos que se derivan de la participación en espacios virtuales, el modo en que espacios diversos influyen en las dinámicas de producción del conocimiento y concluyeron que estos espacios de construcción colectiva de conocimiento permiten “aprender a desaprender”. Como colofón, se articuló un debate profundo y enriquecedor sobre la importancia de visibilizar lo invisible, de poner encima de la mesa los sentimientos de las personas participantes y de la relevancia que tiene el formular preguntas abiertas y respetuosas para con las personas sexo-género disidentes.


Entre precariedad, pandemia y nuevas posibilidades. Jóvenes e investigación feminista Esta mesa tenía como objetivo generar un debate entre investigadores e investigadoras jóvenes en diferentes momentos de la carrera académica en torno a las siguientes preguntas: ¿Cómo te afecta diariamente el carácter neoliberal y su falta de perspectiva de género? ¿La pandemia ha reforzado estas dinámicas? ¿Ha afectado la pandemia y el teletrabajo a las redes entre investigadores? Si es así, ¿los efectos son negativos o positivos?  ¿Hay enseñanzas que podamos extraer de la situación de pandemia que puedan reforzar las redes feministas entre la comunidad universitaria? ¿Qué nuevas posibilidades se pueden dibujar en el horizonte?  ¿Cuáles son los límites y las oportunidades para cambiar la estructura neoliberal de la institución académica? Algunas de las reflexiones que se extraen de la mesa tienen que ver con cómo la estructura de lógicas neoliberales de la institución académica supone la distribución desigual de responsabilidad y precariedades dentro de la academia y cómo esta distribución desigual es genérica y se ha visto reforzada por las condiciones de la pandemia. Además, una de las reflexiones que se repitieron en torno al contexto pandémico era con respecto a cómo la individualización y fragmentación del trabajo de investigación se habían visto reforzadas. Esta individualización y fragmentación se entrelazan obligatoriamente con la precariedad de los contratos a los que las y los jóvenes investigadoras se enfrentan al entrar en la academia. Todos estos procesos suponen, como se señaló durante la mesa, un desgaste emocional y psicológico que se traduce en malestares psicológicos vinculados a la depresión y la ansiedad. Sin embargo, este panorama que puede suponer desolación o derrota es también un contexto para resurgir y articular estrategias feministas que confronten el contexto hostil que supone la universidad neoliberal y androcéntrica. En esta línea, la mesa abordó la propuesta italiana de la Universidad Manifesta, la cual supone una red de trabajadoras precarias de la universidad. Desde el ejemplo de praxis propuesto por las compañeras italianas de esta mesa, se generó un debate sobre los límites y espacios de la acción feminista de cambio en la universidad.


La investigación feminista más allá de la academia. La mesa tenía como objetivo el señalar cómo cada vez hay una variedad más amplia y heterogénea de espacios de investigación ajenos o paralelos a la academia. Entendida esta como un espacio restringido y rígido en el que se sigue trabajando según lógicas del sistema patriarcal. Las componentes de la mesa presentaron diferentes propuestas y proyectos feministas dedicados a generar conocimiento feminista desde la actividad de investigación realizada a través del activismo o desde entidades y cooperativas. La mesa contó con relatos que buscaban también ilustrar y demostrar cómo esta investigación más allá de la academia cuenta con la fortaleza de poder generar outputs más acordes a la realidad o adaptados a su puesta en marcha en vez de quedarse como meras evidencias. Es decir, se recalca que este tipo de investigación es más pragmática o ligada a la praxis. Sin embargo, también surgió un debate interesante sobre la necesidad de crear obligatoriamente conocimiento aplicable y cómo eso puede hacer que se pierda lo teórico y político de las investigaciones, cayendo así en sesgos no interseccionales. En este sentido, cabe recalcar la presión que se impone sobre estos espacios de investigación a la hora de adaptarse a lógicas del mercado y la mercantilización de conocimiento y cómo eso supone también rebajar la crítica del discurso en muchas situaciones. Algunas de las conclusiones que se dieron en la mesa relataban cómo existen jerarquías entre los espacios que generan conocimiento. Una crítica a la academia que fue compartida fue la de la jerarquización de disciplinas, la marginalización de la investigación feminista o el lenguaje excluyente que en muchos momentos se utiliza en estos espacios académicos. En cuanto a las propuestas de investigación más allá de la academia se habló de cómo los proyectos autogestionados demuestran la capacidad de diversificar actividades como la formación a colectivos sociales y comunidades y la gestión de proyectos. Además, las propuestas presentadas demostraban también cómo la investigación de este tipo permite acercarnos mucho más a los contextos desde una mirada micro para hacer lecturas mucho más concretas o cercanas a los contextos socio-geográficos. Sin embargo, se valora positivamente que existan espacios de diálogo entre estos diferentes espacios de generación de poder, aunque se habla de la posibilidad de mejorar la simetría de estos diálogos. La mesa puso en valor la creación de redes de afecto a través de estas investigaciones, la libertad en muchos momentos de no tener que ajustarse a líneas institucionales y la posibilidad de generar conocimiento desde otros espacios.


Violencia de género en los espacios de producción de conocimiento como obstáculo para las igualdades en las investigaciones. La mesa tenía como objetivo analizar diferentes obstáculos que impiden una investigación feminista en la universidad. Las ponentes analizan diferentes elementos para el replanteamiento de los métodos y técnicas que utilizan, con el fin de producir datos capaces de dar cuenta de los efectos de los ejes de poder en las experiencias de las violencias de género en las universidades. Así, en esta mesa debatiremos sobre propuestas específica para el diseño y los procesos de las i+d+i capaces de detectar mejor, tanto cualitativamente como cuantitativamente, esta problemática. En este sentido, la mesa señaló algunos conceptos muy claros que deberían tenerse en cuenta para la investigación. Por un lado, se habla de la necesidad de remarcar que el conocimiento se crea de manera colectiva. Por otro lado, se valora de manera positiva el haber ilustrado que el tener un capital cultural o económico no exime a un espacio o a sus integrantes de ejercer o sufrir violencias. Es decir, que una institución como la academia no queda exenta de lógicas violentas. Sin embargo, se hace referencia a la falta de una legislación estatal que promueva la visibilización de las diferentes violencias que se dan en la academia. Por otro lado, se entiende que para poder mejorar la investigación de las SGRV en la universidad hacen falta diferentes acciones.

Cambiar el foco: La respuesta institucional ante la SGRV personaliza los problemas no entendiendo que surgen o se derivan de lógicas sistémicas. Además, las respuestas ante las SGRV son de tipo ‘echar balones fuera’, privatizar el problema o siguen lógicas positivistas. Desde la mesa se promueve la idea de poner el cuidado en el centro.

Incluir los espacios virtuales: Los espacios virtuales han de ser entendidos no sólo como espacios donde se generan violencias, sino también como espacios que sirven para la generación de redes de cuidado. Se critica el silencio institucional con respecto a la virtualidad y se entiende que son espacios de trabajo y ocio donde la universidad debería tener responsabilidades.

Reconocer la complejidad del espacio: Desde la experiencia de una colega que ha trabajado en expediciones arqueológicas nos hacen llegar ideas sobre la complejidad de espacios universitarios que van más allá de los espacios tradicionales del campus. Además, se recalca que las violencias han de entenderse desde una perspectiva interseccional que nos permita contemplar como estas violencias son también capacitistas y racistas.

Otros obstáculos que se observan desde la perspectiva feminista presentada en la mesa son: la dificultad de encontrar un lenguaje que interpele a todo el mundo; la valoración pública de datos cuantitativos por encima de relatos cualitativos, etc.


Retos de género en investigaciones transnacionales. Sabrina Marchetti ha presentado reflexiones a partir del proyecto DomEQUAL: A Global Approach to Paid Domestic Work and Global Inequalities (DomEQUAL: Una Aproximación Global al Trabajo Doméstico remunerado y Desigualdades Globales) que aborda el estudio del trabajo doméstico remunerado en 9 países (Colombia, Ecuador, Brasil, Filipinas, India, Taiwán, Italia, Alemania y España). El proyecto considera, tanto la condición de trabajadora/es domesticas como las estrategias adoptadas por movimientos sociales y actores institucionales para mejorar sus condiciones sociales y sus derechos laborales. El trabajo doméstico es un campo extremadamente fructífero para observar los retos que plantean las investigaciones comparativas trasnacionales. Se han presentado los resultados de algunos países de América Latina, como Brasil, Colombia y Ecuador, evidenciando como en la realidad social el trabajo doméstico asuma formas distintas dependiendo del país y del contexto social analizado y como la variedad de contextos sociales analizados ofrezcan diferentes ejemplos de cómo el género se entrelaza con otras categorías sociales (clase, raza, estatus, etc.). A partir de la ponencia se ha generado un debate muy interesante sobre la aplicación de la perspectiva interseccional en el ámbito de la investigación, las contradicciones y la posicionalidad del personal investigador, la complejidad de la identificación de las trabajadoras domésticas como un único grupo social (afrodescendientes, migrantes, castas más bajas, etc.) y la difícil relación con el movimiento feminista.