Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. ESADE

 

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. ESADE

 

Desde EQUAL, la asociación estudiantil feminista de ESADE, el pasado lunes 15 de noviembre organizaron un evento en conmemoración del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.

En esta ocasión, desde EQUAL contactaron con nuestro proyecto SeGReVUni para invitarnos a participar en un mesa redonda compartida con varias organizaciones que luchan contra la violencia de género. En la mesa redonda participaron integrantes de distintas entidades y asociaciones de Barcelona que abordaron el fenómeno de las violencias de género desde una perspectiva
multidisciplinar. El debate giró en torno a los mecanismos y herramientas de prevención, acompañamiento y actuación frente a las violencias machistas, así como las inconsistencias del
proceso judicial que se activa tras las denuncia, el desamparo de las supervivientes, la revictimización, el cuestionamiento al que se exponen las mujeres cuando toman la decisión de denunciar, la necesidad de complejizar colectivamente la insistencia social en que la solución al problema de las violencias sexuales y de género radica en la denuncia.

En esta ocasión nuestra compañera Paula Beaus acudió como representante de nuestro proyecto.

Paula compartió algunas de los saberes co-producidos por las expertas vivenciales que participaron en los grupos focales durante una primera fase del trabajo de campo que se desarrolló durante el curso pasado. En concreto, y en la línea de lo que expusieron el resto de las ponentes, subrayó el hecho de que las supervivientes mantuvieron en silencio las violencias que sufrieron en la Universidad. Las razones son varias: el miedo al estigma, a ser cuestionadas, a quedar “marcadas” o a ser objeto de conversaciones entre compañeros/as, pero también a que el contexto universitario reúne una serie de particularidades que lo convierten en un escenario favorable a que se (re)produzcan impunemente. Entre ellas, el hecho de ser un espacio fuertemente jerarquizado, en el que las posiciones de mayor poder suelen estar ocupadas por hombres, además de constituirse como un ámbito que se asume exento de que se produzcan en él violencias sexuales y de género. Otro de los aspectos que aparecen en los testimonios de las participantes es el temor a poner en riesgo sus respectivas carreras académicas o puestos de trabajo en la Universidad.

 

Por otro lado, se reflexionó sobre el desconocimiento generalizado de la existencia de protocolos de actuación y prevención de la violencia de género, así como de las unidades y observatorios de igualdad, encargados de recibir las quejas, pero también de acompañar y asesorar a las supervivientes; de la desconfianza en la institución para revertir la situación de violencia a favor de la parte denunciante y de la importancia de generar redes entre las unidades de igualdad y las asambleas, organizaciones y colectivos feministas de las universidades, que en muchos casos hacen de intermediarias entre las usuarias y la institución, sino asumen las funciones de cuidado de las víctimas o la de denuncia pública de las agresiones a través de la acción directa.

Por último, se destacó la importancia que tienen las entidades que brindan apoyo psicológico a las personas que atraviesan situaciones de violencia de género con las que las Universidades tienen convenio, sin dejar de lado la crítica a la psicologización de las supervivientes, pues entraña el riesgo de que se esté individualizando una problemática estructural, desviándose el foco de la reparación del daño, que puede adoptar múltiples formas y de la que debe hacerse cargo la Universidad si se presume garante de la lucha contra las violencias machistas.