Todo nuestro apoyo a las compañeras de la UCM que están siendo acosadas

Desde SeGReVuni nos adherimos y apoyamos el Comunicado Urgente del Punto Violeta-Somosaguasde la Universidad Complutense de Madrid. Reiteramos nuestro apoyo a las compañeras y os animamos a mostrar el vuestro, podéis sumar vuestra firma a través de su web.

Siempre rechazaremos la persecución y acoso de quienes alzan la voz ante la violencia sexual en las universidades.

 

Os dejamos aquí su comunicado.

 

Son malos tiempos para organizar acciones colectivas, en un marco de confinamiento, desconfinamiento e inicio del verano, pero el acoso en sus diferentes formas no descansa ni en estas circunstancias. Lanzamos este comunicado ante las agresiones a varias personas del Punto Violeta por su trabajo institucional y político contra el acoso y que se suman a las que llevamos soportando especialmente este último curso. El clima político y un compromiso insuficiente en materia de acoso desde Rectorado y la Unidad de Igualdad son en gran medida responsables de las situaciones que estamos viviendo y que, si bien nos dañan y hacen sentir vulnerables, también han reforzado nuestro compromiso y redes contra el acoso sexual, por razón de sexo, por orientación sexual o por identidad de género, así como el acoso racista, capacitista y sus diferentes versiones interseccionales. Desde ahí, estas son nuestras razones y demandas.

 

Instamos a la Universidad Complutense de Madrid a cerrar el rocambolesco expediente disciplinario abierto a una de nuestras compañeras, cuyo trabajo como perita ha sido reconocido y valorado por diversas instancias y  responsables institucionales, mereciendo incluso el elogio unánime de la Comisión contra el Acoso de la UCM. Igualmente, instamos a la Universidad a cumplir con los mecanismos y reglamentos de los que se ha dotado para garantizar la indemnidad de las/os peritas/os de los casos de acoso y poner fin a las persecuciones y acusaciones que se vienen produciendo.

 

Instamos a la Unidad de Igualdad y al Rectorado a cumplir con su compromiso y obligación de proporcionar la formación en género y acoso sexual, por razón de sexo, por orientación sexual o identidad de género a toda la comunidad universitaria, y en particular a las personas encargadas de la Unidad de Igualdad así como a las personas instructoras en los casos abiertos en Inspección de Servicios. Esta cuestión es clave para dejar de incurrir de modo sistemático en revictimizaciones y otras formas de violencia institucional que incrementan la vulnerabilidad y el daño a las personas denunciantes. Su nivel de desamparo e indefensión es tal que en muchas ocasiones, más allá de instarles indiscriminadamente a iniciar terapia, no son reconocidas como parte implicada en su propio caso, por lo que no se les proporciona siquiera información sobre el procedimiento. Más aún, en los casos en los que por su gravedad Inspección de servicios recomienda elevar el caso a Fiscalía, no se informa adecuadamente a las denunciantes, lo que les dificulta ejercer sus derechos, al situarlas en el mero papel de testigos e impidiendo activar el Estatuto de la víctima para, por ejemplo, no tener que declarar frente a su agresor. Por todo ello, instamos a la Universidad Complutense de Madrid a garantizar la protección y el acompañamiento legal de las personas que han sido acosadas siendo parte de la comunidad universitaria tal como recoge el Protocolo de Acoso vigente.

 

Además, desde octubre varias compañeras están recibiendo de forma reiterada gravísimas amenazas a través de cuentas falsas que hemos denunciado ante la policía y las instancias universitarias. Se trata de lo que se conoce como acoso de segundo grado al estar dirigido a personas que trabajamos para la erradicación del acoso, además de constituir acosos directos sexuales, sexistas y lesbófobos. En el último mes estas agresiones han tomado la forma de calumnias contra una profesora y una representante estudiantil a quienes se acusa de agredir sexualmente a estudiantes. Este hecho resulta especialmente grave, ya que entendemos que tiene como fin difamar a quienes venimos luchando contra el acoso, socavando la confianza del estudiantado y eliminando así las redes de acompañamiento y asesoramiento que hemos forjado colectivamente para acabar con la impunidad y que han hecho que una parte importante de los casos denunciados en la UCM hayan procedido de nuestra facultad, Ciencias Políticas y Sociología. Eso no indica que haya un porcentaje mayor de acosadores que en otras facultades, sino que las personas que lo requieren encuentran los mecanismos y las redes de apoyo que les permiten llegar a interponer denuncias. Otra cosa es la resolución de las mismas, que, lamentablemente, continúa siendo muy insatisfactoria por parte de la UCM. No es mejor una universidad sin denuncias, sino una en la que las denuncias son posibles y son atendidas con diligencia y compromiso institucional.

 

Este ataque además pretende igualar esta situación con las legítimas denuncias recibidas contra docentes y compañeros de nuestra facultad y de otras. Queremos dejar claro que no estamos ante una denuncia falsa. De hecho, en este caso las únicas denuncias que se han producido han sido las nuestras, tanto a instancias universitarias, como policiales y a la Fiscalía de Delitos de Odio. Esto resulta especialmente relevante, pues las denuncias falsas, como demuestran los datos, no existen o resultan anecdóticas, mientras que lo que se constata son las múltiples e insidiosas dificultades para interponer una denuncia, lograr el amparo reclamado y que se garantice la debida indemnidad. En este sentido, instamos a la Universidad Complutense de Madrid a mejorar los mecanismos de recogida de denuncias, de tramitación y respuesta para dejar de incurrir en más violencia institucional y revictimización de las que son objeto las personas que intentan tramitar las pertinentes reclamaciones.

 

Los correos difamatorios enviados constituyen además una forma de acoso lesbófobo, ya que emplean la opción sexual y el compromiso político feminista y por los derechos LGTBI+ de nuestras compañeras para acosar incurriendo en calumnias –al imputar un hecho delictivo– e injurias. Por otro lado, se emplean fotografías ilícitamente extraídas de la cuenta personal de Instragram de una de nuestras compañeras, lo que constituye otra forma de acoso y un delito en sí mismo.

 

Por todo ello,

 

1) Solicitamos a todas las personas de la comunidad universitaria que proporcionen cualquier información relevante a las instancias universitarias para que se adjunten a los procedimientos abiertos por la institución así como por las autoridades policiales y judiciales.

 

2) Reiteramos nuestro compromiso con la lucha contra el acoso sexual, por razón de sexo, por orientación sexual o identidad de género así como racista, capacitista, etc. y cualquier forma de discriminación. Las situaciones de acoso que estamos viviendo muestran que somos “incómodas” y que nuestro trabajo tiene impacto. Solo así se explica este esfuerzo por acallarnos. Pero no nos van a silenciar ni nos van a amedrentar. Queremos que se investigue todo y hasta las últimas consecuencias pues no tenemos nada que ocultar. Hemos sido dañadas, pero nos sostenemos colectivamente y nos unimos en la vulnerabilidad que nos hace más fuertes.

 

3) Agradecemos el compromiso de muchas de nuestras compañeras y compañeros docentes, así como PAS y estudiantes y en particular a la Comisión de Igualdad delegada de la Junta de Facultad y al Decanato de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología su rápida respuesta en estas circunstancias y su apuesta por responder a las agresiones y reiterar su compromiso frente al acoso.

 

4) Finalmente, instamos a la comunidad universitaria a comprometerse de manera eficaz y real contra cualquier forma de acoso que atente contra derechos fundamentales, como el derecho a la educación en igualdad de oportunidades o a un trabajo digno y libre de violencias.

 

 

En Madrid a 22 de julio de 2020

 

 

 

Infancias trans y polémicas feministas, por Gemma Altell